Rompamos el mito de usar audífonos.

¿Y si a las «gafas» le llamaros «prótesis visual»? ¿Nos replanteriamos su uso?.

Desde hace mucho tiempo, el uso de audífono ha sido un problema para muchas personas que han relacionado esto mismo con ser mayores o estar enfermos. ¿Por qué no con la gafa?. Vamos a exponer diferentes motivos por los cuales esto sucede y cómo debemos afrontar esta cuestión.

NOMBRE

En la forma de nombrar o describir la funcionalidad de ambas patologías encontramos ya las primeras diferencias. La «gafa» o «gafas», no lleva implicito en si mismo una descripción que pueda herir susceptibilidades, aunque si dijeramos que llevo una «protesis visual» la cosa cambiaría. Eso le ocurre a los audífonos, comúnmente conocidos tambien como «prótesis auditiva», el mismo nombre indica un añadido a nuestro cuerpo que no debería estar ahí si todo funcionara correctamente. Esta nomenclatura afecta directamente a nuestro «yo» y nuestro estado de salud, por lo que nuestra capacidad de entendimiento nos está diciendo que «no nos gusta lo que estamos oyendo » y nos produce rechazo. Rompamos este mito. ¿Qué importa cómo se llame? Si no veo uso «gafas», si no oigo uso «audífono».

ESTÉTICA

Este apartado lo tenemos bastante claro ¿nó?. ¿Y si mi audífono estuviera firmado por las grandes marcas de moda? Un Christian Dior XE5 o un Clavin Klein MOOD o incluso un Levi’s 800, estoy seguro de que socialmente su aceptación sería de mejor grado. A nivel de marcas, los fabricante de audífonos no poseen la distinción que disponen las marcas de moda, son marcas reconocidas, pero van ligadas a tecnología y desde luego, la tecnología es algo que no todo el mundo comulga con ella, cosa que no ocurre con la moda, a todos nos gusta de vez en cuando y aunque sea como capricho; llevar algo de marca o incluso algo moderno o de temporada. De ahí que la «gafa», donde si van impresas muchas de estas «marcas» sean ya un artículo de moda incluso de nivel social. ¿Y un audífono? ¿No es lo suficientemente caro como para poder vacilar delante de tus amigachos? Los hay modernos, de colores, con diseño etc…aunque si, es cierto que estéticamente no aportan gran cosa a nuestro físico. (Quizá más delante, apartado que comentamos a continuación)

EL ÓRGANO EN CUESTIÓN

¿Has escuchadoa algún conocido, familiar o incluso a ti mismo, decir…? Que orejas más bonitas tiene, o…sus orejas trasmiten paz, mmmmm…..creo que no. Aqui encontramos quizá una de las connotaciones más importantes. La funcionalidad del propio órgano marca su uso, su valor. Socialmente, una mirada, un guiño de ojos, llorar, reir, los estados de ánimo en general están intimamente relacionados con los ojos, a través de ellos podemos ver casi por dentro a otra persona, en definitiva, la vista nos aporta una información de la que el oido carece. Unos bonitos ojos azules, unos ojos rasgados o grandes, componen una imagen de lo que la gente percibe de nosotros. En contra, la oreja, pobrecita mia, tienes suerte si no las tienes separadas o grandes. Quizá es aquí donde reside el principal sentimiento de rechazo al usar audífono. Además de ser un órgano que no repercute en nuestra imagen social, no nos aporta información sobre otra persona para componernos una imagen de ella,vale bien, los pendientes, los pircings etc…pueden decirnos algo, pero muy vago. Así pues, podemos entender que «despreciemos» los oidos como órgano que forme parte de algo interesante, cosa que quita muchos puntos.

LA PATOLOGÍA

¿Alguna vez te has preguntado, en caso extremo, si preferirias quedarte sin la vista o el oido?. Sin hacer una encuesta, a priori, casi todo el mundo preferiria ver antes que oir sin miedo a equivocarme. Otro punto interesante ¿Por qué? ¿Acaso no es bonito escuchar un «te quiero» y necesario?. No escuchar es un verdadero problema. El oido, nos situa en el espacio, nos mantiene erguidos, nos indica donde estamos, si algo se nos acerca por detrás, es el único órgano que no descansa incluso cuando dormimos, nos avisa del peligro. Yo no tendría tan clara la respuesta, la verdad.

En definitva, el oido, no goza del respeto de la vista, nadie que vea mal deja de usar gafas o lentillas, y sin embargo hay mucha gente con problemas auditivos que no usa «audífono». Es hora de romper estos mitos que únicamente están privando a la gente de llevar una vida correcta, sana y de calidad. La de gente que llora en nuestros centros cuando vuelven a escuchar despues de años de sordera nos indica que algo estamos haciendo mal en la sociedad, que la estética en ocasiones está por encima de nuestra salud, que lo que piensen de nosotros es tan importante que preferimos no escuchar con tal de que no piensen que tenemos un problema. Y lo reconfortante que es que venga un paciente de 23 años y nos de una lección cuando nos pide que le pongamos un audífono de colores por que le encanta el rosa y blanco nieve o el azul cielo.

(Me dejo quizá muchas cosas, pero aquí hay motivos más que suficientes para entender que «llevar audífono» es un lujo y un milagro que podemos permitirnos hoy en día gacias a los avances y a la tecnología).

David Gisbert. Director de Marketing de AEC Soundmedic.